Esta rima de conteo que aparece por todas partes en la zona rusa de internet no puede llamarse una obra de genio, pero describe demasiado bien la realidad… Cada vez más gente entre mis contactos profesionales, compañeros de la universidad de hace 25 años, primos lejanos y amigos de Facebook que hace poco estaban detrás del telón de acero desaparecen de la vista para escribir luego: «Estoy en Tashkent/Estambul/Belgrado/Nikosia»… Es casi la única forma de protestar que tienen. Por lo menos no ser el engrase para la máquina del mal.
– ¿Vamos a casa de Lena?
– Ah, Lena está en Viena.
– ¿Pues vamos a casa de Lissi?
– Que va, está en Tiblisi.
– ¿Y qué tal está Iván?
– Huyendo a Ereván.
– ¿Y donde está María?
– En el avión a Turquía.
– ¿Y si venimos a ti?
– Estoy en Almatý.
